lunes

No existe.

Debo referirme a sus sutiles palabras
tratando de descifrar las verdaderas intenciones,
tratando de creer en la honestidad de sus acciones
sin necesidad de un detector de mentiras.
Lo hago adentrándome en su mirada,
fijándome en cada pestañeo
forzado o no forzado,
teniendo en cuenta cada mueca de su boca
cada gesto con las manos
que cada día siento más frías.
Bien sabe él lo que provoca,
me deja aquí con las pupilas rotas,
temiendo de su partida,
aunque siempre sé que es solo una mentira
para creer en su propia rebeldía.

Tantas palabras deja volando
que se atoran en mis pulmones
cuando respiro cerca suyo
cuando divago por alguno de sus rincones,
sin saber bien qué decir,
sé bien que ya no le creo,
que ya no le veo
como si fuese verdadero;
nada más ahora es un simple juego
para poner una cuota de sentimiento
a esta vida tan ligera
que espera y espera
la llegada de momentos
y de palabras
que valgan más que este recuerdo.

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